Capítulo VII

Zoe al final levantó la mirada, y miró esos ojos que un día la habían hechizado; suspiró profundamente y contestó:
-No, tengo que pintar la casa y no tengo ganas de tener una indigestión.
Killiam se puso serio, pero poco a poco se fue dibujando una sonrisa, que empezó a crecer y ser más abierta:
-Mira que te van las guerras Zoe, pero tu problema es que siempre me han encantado las amazonas.
Zoe lo miró con disgusto, y acto seguido pregunto:
-Qué estás buscando Killiam? Tu relación y la mía acabó hace mucho tiempo, cuando decidiste que no era buena para ti, cuando me trataste como sino fuera nada, como plato de segunda mesa, cuando todo lo que decían los demás era más cierto que lo que yo decía. Podría tener una relación de camaradería o incluso amistad, con alguien que me hubiera tratado bien pero fuéramos incompatibles, pero no con alguien que me ha tratado peor que a la basura. Así que guárdate tu amabilidad, guárdate tus helados, guárdate tu empresa pues yo no te quiero de nuevo en mi vida de ninguna de las maneras.
-Mira Zoe, dar y recibir amor es algo bastante difícil si no estás decidido a abandonar una vieja estructura. Sabes que estás en algo que no te que conviene, incluso sabes que en el fondo no amas e incluso quizás nunca has amado, pero es lo que conoces, es lo que tienes, y el temor quizás a la soledad te hace seguir en ello. Cuando tú apareciste en mi vida, yo seguía con esa vieja estructura, que no me hacía feliz, pero era lo que conocía. Tú me dabas algo nuevo, algo más real, más sólido, más sincero, pero no es fácil salir de esa vieja estructura para conectar con tu mismo ser, con lo que realmente sientes, dado que los miedos por obstáculos reales que existían, me hacían ver como imposible algo que quizás fuera lo más bello de mi vida y lo más real que nunca me haya pasado, pero aún seguía auto convenciéndome que esa vieja estructura era lo único sólido que tenía, de momento es lo más parecido a ser querido, aceptado, considerado, que tenía aunque ahora sé que era lo más lejano a ser querido, aceptado y considerado, pero a veces, debes perder algo o tener con que comparar, para darte cuenta de lo equivocado, y del camino tan absurdo a lo que te llevan los miedos, especialmente el miedo a la soledad.
Cuando alguien te convence de algo, es más sencillo romper esas barreras. Cuando eres tú mismo el que te has auto convencido que lo que tienes es lo que te hace feliz, aunque seas la persona más infeliz del mundo, será muy difícil romper las barreras del autoengaño, pues siempre ves lo que realmente quieres ver y no hay más ciego que aquel que ve, pero no quiere ver.
Jorge Bucay escribía en amarse con los ojos abiertos que la estructura está basada en el pasado, y la esencia es siempre el presente. Tú eras quien me devolvías mi esencia, pero no supe verlo, y me quedé asustado con una estructura pasada que estaba más que desmoronada desde hacía tiempo. Pero en ese momento, quizás de forma inconsciente, te hacía a ti culpable del desmoronamiento de esa estructura, sin darme cuenta que si se zambaleaba no era por ti, sino por lo poco sólida que siempre la había sentido, y que así te transmití a ti.
Te culpé de mis propios pensamientos, de mis propias palabras cuando te explicaba lo mal que estaba, pero al mismo tiempo, me molestaba que me devolvieras mis palabras y te hacía a ti autora de ellas. Así que quizás inconscientemente quise destruirte a ti, igual que tú destruías mi mundo. El error era, que tú no destruías mi mundo con tu sinceridad, sino que lo construías.
Me di cuenta que Jorge Bucay tenía razón cuando decía que la estructura está relacionada con “tratar de hacer”, con el esfuerzo, está siempre queriendo algo, necesitando algo, es deficiente, es algo que se llena con una falsa identidad, mientras la esencia de uno mismo es sin esfuerzo sale por si misma, está llena y no necesita nada ni mucho menos un auto engaño y, por tanto, se asienta en si misma y ante todo, no hace que llenemos un vacío con algo falso.
Sé que me porté mal, sé que no te trate como debía, pero también sé que mucho de lo que hice fue por protegerte por no hacerte daño, pues aunque sentía algo muy fuerte y verdadero, mis miedos hacían que sostuviera aún esa oxidada estructura que para mi era más palpable y cercana que tu mundo que era infinitamente diferente al mío. Así que puse barreras a lo que sentía, y de la misma forma que me auto engañaba pensando que todo aquello que tenía era a lo máximo que podía aspirar, también me auto engañaba pensando que lo nuestro nunca podría ser.

-Pues entonces deberías haberme dejado, pero no destruirme.Un simplemente, me he dado cuenta que no te quiero hubiera bastado. Simplemente ningún ser humano se merece que lo humillen o destrocen.

Killiam alargó una mano y le acarició una mejilla. El contacto quemó a Zoe, pero se mostró fría y distante.

-Pero no te destruí. Tú eres fuerte.

-Maldita sea Killiam!!! Estoy harta de esa frase. Yo tengo sentimientos, yo sangro cuando me pinchan, mi personalidad se ha formado más a base de lágrimas que no de sonrisas a pesar que todos me veáis como una niña que todo ha tenido fácil e incluso algo consentida, soy tan destructible como lo sea cualquier persona de apariencia más débil, incluso puede que más. El que alguien parece que sea o realmente sea fuerte, no da derecho a los otros a maltratarla por el hecho de pensar que no le afectará demasiado, por ser fuerte, no tienes que ser un saco donde todos descarguen sus puñetazos.

-Lo sé. Una vez me dijiste que mi verdadero dolor era ver que me había dejado engañar y por eso no lo quería aceptar y por eso te lo decía a ti de muchas maneras, pero no lo quería al mismo tiempo oír, y luego te culpaba a ti de devolverme mis propias palabras porque me enfrentabas con mi dolor cara a cara. Ahora creo que eres tú la que no quieres enfrentarte con tu dolor, no sé que niña herida llevas dentro, no sé porque después de tanto tiempo aún te queman mis acciones, pero lo único que sé es que me gustaría compartir algo que se aleje del dolor, ser amigos de nuevo.
Sé que no puedo volver atrás y borrar todo; puedo reprochar mis palabras, mis acciones, pero no lo que sentía, y lo que hacía, sentía que era lo correcto aunque ahora sepa que no.

-Solo tenías que haberme escuchado, solo era eso- Dijo Zoe con los ojos vidriosos- Si es que realmente me querías y no despreciarme. Sabes llegaste a darme hasta miedo, y no quiero personas en mi vida que me atemoricen.

Killiam la miró a los ojos de forma muy intensa. Zoe empezó a tener dificultad para tragar saliva. Él noto este hecho y poco a poco fue haciendo más pequeño el espacio que los separaba.

-Nunca debes temerme Zoe.

Sus ojos poco a poco bajaron a su nariz, para luego deleitarse en la visión de su boca, y como imán fue bajando hasta ella.
Zoe entrecerró los ojos, no podía creerlo, ese hombre la había dañado en lo más profundo, y ahí estaba como una adolescente estúpida, esperando que la besara.
Él siguió ascendiendo, hasta que de pronto se paró para observar más de cerca las facciones de Zoe, y de pronto, a pocos milímetros de su boca, respiró profundo, y retiró su ataque hacia la mejilla, propinando un beso, y rozando levemente la comisura de los labios, después se dirigió hacia el otro lado, e hizo lo mismo, muy cerca de la boca, e incluso casi rozándola. Un beso de amistad, pero que estaba fuera de ser amistoso.
Zoe sintió un calor abrumador que encendía sus mejillas, tanto por el acercamiento como por la estupidez de sentirse de nuevo rendida por ese hombre que encima, para más irritación, jugaba con ella, haciendo ver que la iba a besar para luego no hacerlo . Ja si pensaba que iba a jugar de nuevo con ella, lo tenía claro, ya las palabras no la convencían, la habían engañado muchas veces, ya no se dejaba llevar por la pasión y el corazón tan fácilmente.. Quería jugar? Pues iba a saber lo que era jugar.
Sus pupilas se dilataron, su boca adquirió una sonrisa de niña traviesa, parpadeo seguidamente, y puso una voz ronroneante:

-Eso no estuvo mal Killiam. Dijo mientras ahora era ella la que se acercaba irremediablemente hacia su objetivo. Una vez a milímetros de su destino, levantó la vista para mirar directamente a los ojos de su atacante ahora convertido en presa, entonces cambió su rumbo, dejando boquiabierto a su espectador, para dirigirse a su oído, donde dijo con voz aterciopelada sabiendo que excitaría a su oyente:
-“Pero debe usted mejorar su técnica si quiere seguir con su teatro”. Acto seguía suspiró en su oreja, sabiendo que el aire caliente, no haría más que subir la temperatura de Killiam.
De golpe se incorporó, cambió su tono de voz, y dijo:

-Ahora tengo prisa, ya nos veremos cuando vuelva de vacaciones, o quizás … mmmm… puede ser que nunca?
Se giró de golpe con una sonrisa victoriosa en su cara, y dejando sin poder de reacción a Killiam pero no se dio cuenta que este pasaba de su asombro, a dibujar una sonrisa tan malévola como la de ella…
Lo había desafiado!!! Indirectamente lo había desafiado!!! Killiam pasó del enfado a la carcajada… no sabía dónde se había metido esa señorita sabelo todo!!!.
El anterior Killiam se hubiera quizás retirado ante un desafío, el nuevo Killiam dueño de Nait, le empezaban a gustar los desafíos, y más si venía de esa muchacha malcriada que tenía ganas de bajarle los humos de golpe. No podía parar de sonreír imaginándose las mil y una maneras placenteras como iba a lograr bajarla del pedestal.
Dos personas que les gustaban los desafíos, se presentaba el asunto de tormenta.
Se iban a encontrar pronto, más de lo que ella pensaba, y entonces iba a saber lo que era bueno.

Qué habrá planificado Killiam?
Pronto lo sabremos.

Published in: on octubre 10, 2010 at 1:37 pm  Deja un comentario  

Capítulo VI

 

Biblioteca de Cataluña Biblioteca de Cataluña II

 

Zoe empezaba su mes de vacaciones.

Ese día decidió levantarse tarde y luego planificar concienzudamente sus vacaciones.

Primero como el gran ritual que cada año se repetía, limpió a fondo su piso y se afanó en pintarlo.

Mientras pintaba el comedor de su pequeño piso, le vinieron a la mente las palabras del hombre misterioso: «cómo las cuatro diosas que portan la corona del sur»… ¿dónde había oído antes hablar de esa corona?

A las cuatro de la tarde Zoe decidió que estaba ya saturada de oler a pintura, así que se dispuso a dar una ducha, y posteriormente y aunque no era la hora recomendada, Zoe salió a la calle, destino a la gran biblioteca municipal.

Dicha biblioteca, estaba situada en una plaza que daba la sensación de ser un patio interior más que una plaza, ya que desde la calle no se podía ver. La fachada antigua, era impresionante, y el bullicio de las sonoras carcajadas de los estudiantes, contrastaba con la quietud y silencio reinantes en esa zona de la ciudad.

Después de observar la fachada, como siempre hacía cuando iba a ese lugar, se dispuso a entrar.

Zoe buscó un ordenador, y en el potente buscador puso “la corona del sur”. Enseguida su pantalla se llenó de infinidad de reseñas que iban dedicadas a dicha corona, así que entró en la que indicaba wikimedia y empezó a leer:

 

“La corona blanca o del Alto Egipto, llamada hedyet o uereret, estaba compuesta por una pieza troncocónica alta, con el extremo superior redondeado, a modo de mitra. Aparece en el Protodinástico y se encuentra sobre las cabezas de los reyes tinitas. Estaba protegida por la diosa buitre Nejbet. Cuando el rey se hace representar sobre los muros de los templos, suele estar ataviado con esta corona cuando está en los lugares orientados al sur. En contrapartida, en las imágenes sobre los muros orientados al norte lleva la corona roja.

Aunque sigue siendo una incógnita el material con que estaba hecha, todo induce a pensar que estaba confeccionada con materiales vegetales.

Es casi seguro que esta corona tenía un simbolismo lunar, guardando, además, cierta conexión con el ojo udyat y con el dios Thot. En los Textos de las Pirámides se cita la corona blanca como madre del fallecido, como la que mora en la ciudad de Nejbeb. Es importante porque enfatiza la autoridad del monarca y su teórica procedencia divina. En los Textos de los Sarcófagos y en el Libro de los Muertos se cita la corona blanca como distintivo de Horus. No obstante, en algunos casos, Nejbet se identifica con otras diosas, que en determinados momentos pueden ser más poderosas, para enfatizar ciertos aspectos, y así ocurre en los Textos de los Sarcófagos, donde se nombran como patronas de las coronas a Sejmet (para la corona blanca) y a Uadyet (para la corona roja).

La unión entre la corona del Alto y del Bajo Egipto era la Doble Corona, llamada sejemty, que significa las Dos Poderosas. Aparece desde la I dinastía. Esta unión servía para representar la unificación del Sur y el Norte de Egipto. Dependiendo de la zona del país en que se quisiera hacer énfasis, la corona roja estaba colocada sobre la blanca o viceversa.

Alto Egipto se denomina a la zona sur del país, que se extendía desde Menfis, cerca de El Cairo, hasta la primera catarata, en Asuán. El nombre árabe es al-Sa’īd, y durante la época faraónica se llamó schmau, «tierra de la cebada».

 

Claro de eso le sonaba. Nejbe la diosa que tuvo que embriagar Ra (el sol) para que dejara de matar, y tras la ira de ésta cuando se dio cuenta, y su exilio, se acabó convirtiendo en la diosa maternal que asistía a los Reyes cuando venían al mundo o cuando eran coronados. Vestía siempre de blanco, y llevaba una flor de loto en la mano en muchas de sus representaciones. Entre sus garras (de buitre) suele sostener el símbolo _shen_ que significa «eternidad». Y es una diosa protectora, tanto en guerra como en nacimientos.

La corona del sur, cuando era niña y en su adolescencia, le encantaba todo lo que tenía referencia a Egipto y a los misterios que encerraban esa cultura.

 

Salió a la calle de nuevo, y se dirigió hacia las ramblas de las flores. Se mezcló entre la gente de diferentes culturas, y fue paseando hacia el puerto, observando las paradas que con sus coloridos floreados bordeaban toda la rambla.

Al llegar al puerto, para su asombro, se encontró con Killiam.

 

-Hola reina.

-Hola. Últimamente parece que nos encontramos en todos los lugares- Dijo Zoe con cierto hastío.

-Sí, eso parece. Qué haces por aquí.

-Paseaba

-Mmmm entonces si quieres te acompaño. Podríamos ir a tomar un helado.

 

Zoe lo miró. Así es como killiam se le declaró, tomando un sabroso helado. Recordaba que se mostraba al mismo tiempo seguro y tímido, lo cual despertaba una ternura en ella indescriptible. Hasta ese momento no pensaba que pudiera tener nada con él, no había pensado en él como hombre, pero mientras se declaraba, algo muy fuerte martilleo en su corazón… se sentía atraída por ese hombre, y ni siquiera se había dado cuenta. De todos modos lo rechazó, pues un miedo sin sentido se apoderó de ella, pero lo que sentía era muy fuerte y desconocido, y no quería adentrarse en ese mundo, no quería que de nuevo la dañaran, pues ella no estaba hecha para ser amada. Él se mostró comprensivo con su rechazo, e incluso de regreso hacia sus casas, le tomo en alguna ocasión la mano y le preguntó si eso haría que cambiara todo entre ellos. Ella dijo que no que siempre serían amigos. Pero al día siguiente, mientras conversaban ella no despegaba los ojos de sus labios, que le llamaban poderosamente a beber, y como sedienta e hipnotizada de ellos, se fue abalanzando lentamente. Él al ver la cercanía, solo dijo, bueno me tengo que ir a dormir, mientras tragaba saliva con dificultad y centraba su mirada en la boca de Zoe. Ella suponía que estaba evitando un nuevo rechazo y aunque deseaba que él se atreviera a besarla, fue la misma Zoe quien dijo, buenas noches, y lo besó. Una descarga de energía la invadió y al mismo tiempo se sintió avergonzada pues era la primera vez que ella tomaba la iniciativa en una relación. Y todas esas sensaciones solo habiendo juntado los labios, no quería ni pensar lo que pasaría cuando se dieran un beso de verdad.

Cuando se separó él tenía una sonrisa maravillosa, y muy abierta, jamás había visto una sonrisa igual, y desde ese mismo momento la atracción se convirtió en algo más fuerte, aunque aún no se podía hablar de amor, O quizás si lo fuera ya y no lo supiera?. Todo era como un sueño maravilloso. Ahí estaba él, un ser atractivo, con unos principios morales que hoy en día parecían haber desaparecido, un ser maravilloso, que aunque a Zoe en algunos momentos le gustaría que fuera más osado y la estrechara entre sus brazos sin pedir permiso, le hacía ver estrellas allí donde solo había penumbras, le hacía sentir esperanzas donde antes solo había campo sin cultivo, le hacía soñar de nuevo como la cenicienta que creía tener un futuro negro hasta que apareció el príncipe y su hada madrina para rescatarla de ese mundo carente de emociones.

Pronto descubriría que solo era eso, un sueño, una utopía, un cuento infantil que ella se había creído de forma inocente como si fuera una niña.

Y ahora lo tenía ahí de nuevo haciéndole recordar esos tiempos y en la misma situación, quería que la acompañara a por un helado..

Aceptaría Zoe?

Published in: on junio 5, 2009 at 7:09 pm  Comments (2)  

Capítulo V

Nait

Zoe debería estar haciendo su trabajo, pero no podía evitar escuchar los pormenores de la asociación que se estaba realizando en el despacho de su jefe, situado al lado de su mesa.

De pronto la puerta se abrió, y su jefe se dirigió a ella:

-Hazme una fotocopia de esto rápidamente

Zoe se dirigió a otra estancia para hacer la fotocopia, y no pudo evitar ir mirando el contenido del mini dossier que sostenía en sus manos con un leve temblor.

Solo ver la tapa, se llevó de nuevo un sobresalto.

En su tapa, ponía en letras doradas Nait, escrito con letra antigua, la típica que salía en las películas de Robin Hood o de piratas, pero con la particularidad que los dos palos de la N, contenían unos ojos. El primer palo indiscutiblemente era los ojos de su ex, y el palo del final de la N eran unos ojos de mujer extrañamente familiares.

En el fondo del pergamino que formaba la tapa del dossier, había un unicornio-Pegaso, negro azabache que parecía de cristal, y era exactamente igual a aquel que había visto reflejado esa tarde en el escaparate de la romántica tienda.

El caballo parecía cabalgar sobre el agua azabache también y apunto de despegar del agua junto con las gotas plateadas que levantaba en dirección a las estrellas.

-¿Bonito verdad? (Le susurro de forma suave y ronca su ex en la oreja, dejando que su aliento entrara como un soplo de aire tibio en su ser).

Zoe se sobresaltó, y se giró con cara de pocos amigos hacia su ex, pero con un leve rubor mezcla entre excitación y timidez reflejadas en sus mejillas. Su ex siempre tenía ese poder sobre ella, de excitarla solo con susurrarle al oído; él lo sabía y se aprovechaba de esa debilidad; ahora mismo tenía una sonrisa entre traviesa y provocadora en su cara.

Zoe levantó el mentón, lo miró directamente a los ojos, entrecerrando los suyos como fiera apunto de atacar y con un gesto de desprecio dijo:

-Me disculpa Señor killiam, mi jefe me espera

-Vaya cuanta formalidad!!! Replicó killiam con sorna en la voz.

Zoe ni se digno a contestar, solo pasó junto a él, moviendo sus caderas como nunca, sabiendo que ese movimiento enloquecía a su ex. ¡¡¡Jugaba sucio!!! ja, pues le iba a devolver su pelota.

Le entregó las fotocopias a su jefe, acto seguido, dado que era el descanso para comer, cogió su bolso, su chaqueta, y salió del despacho.

En cuanto salió por la puerta, sus hombros parecieron caerse, sus zapatos parecían que habían adquirido un kilo más, y su cuerpo parecía no responder con la ligereza habitual.

¿Qué estaba pasando?. Respiró hondo y se dispuso a irse a un banco a dejar que los rayos del sol acariciaran su cara.

Cuando estaba sentada con los ojos cerrados y cara al sol, se acercó un hombre que parecía un sin techo. A pesar de sus harapos, no desprendía mal olor, y en sus ojos había un brillo de bondad infinita, tenía una cara surcada por valles de experiencia pero que lejos de ocultar un semblante atractivo, dejaba ver tras esos valles de las arrugas un gesto de alguien que debía de haber sido muy apuesto para dejar paso a alguien muy atractivo, algo que Zoe prefería.

El hombre la miró y dijo: -No a todas las brujas las quemaron. Sois cuatro, como los puntos cardinales, como los elementos de fuerza terrestre, como las cuatro diosas que portan la corona del sur, cuatro como las esquinas de una habitación, como las cuatro lunas, cuatro que necesitan cuatro complementos para cumplir la profecía.

-Cómo dice?, Me parece que me confunde señor

-No, no te confundo. Recuerda, caballo, toro, león y espiga

-¿Cómo?
   -Solo recuerda y descífralo con tus hermanos

-Tengo una sola hermana

Pero el señor ya se iba, mientras la orilla de su abrigo largo y negro se levantaba por el aire que acababa de arreciar, y sus cabellos largos parecían a mercé del mismo, dando al señor una pinta de siniestralidad y misterio que envolvió a Zoe. Esta cogió su bolso y corrió tras él: -Espere, un momento, espere

-Zoe, ¿desde cuándo estás tan desesperada que corres tras vagabundos? Maldita sea, pensó Zoe, mirando a killiam al cual no había visto venir pues su atención estaba totalmente en aquel extraño ser que le había hablado:

-Déjame Killian tengo que hablar con ese señor, dijo Zoe mientras se giró para alcanzar al señor, pero éste había desaparecido.

Zoe miró en todas direcciones y finalmente se giró indignada hacia Killian:

-¿ Ves lo que has hecho?.Siempre tan inoportuno

Killian sonrío mordiéndose el labio.

Uff, ya no amaba a ese mentiroso, pero caray, había gestos que la volvían loca, e indiscutiblemente había cierta atracción, pero no quería caer otra vez en la trampa del desamor. Ya no lo amaba, no creía en él por tanto ni siquiera podía considerarlo como amigo, no lo quería en su vida, por mucha atracción que hubiera, o por mucho que no lo considerara mala persona. Pero ¿de qué forma estaba relacionado con sus sueños? ¿era un fallo de su subconsciente?

 

seguirá…..

Published in: on May 11, 2009 at 7:00 pm  Comments (1)  
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Libre (Capítulo IV)

 ojos-carboncillo

 

 

Zoe trabajaba a marchas forzadas pues debía acabar en esa semana con la comprobación de todas las facturas.

Ese puesto de trabajo era odioso, pues siempre se debía correr con el agua al cuello, y más si te disponías a tomarte unas vacaciones bien ganadas.

Zoe en una semana se iba de vacaciones, así que no se podía permitir el lujo de descansar ni un segundo, pero aún así no pudo evitar que el recuerdo de su padre llegará claro a su memoria.

¡Qué bonito era emprender un viaje en el coche de papá como si de una aventura se tratara!. En los trayectos, cantaban su madre con esa voz espectacular que nada tenía que envidiar a cualquier artista, su hermana y ella misma. Su padre nunca cantaba, pero sonreía cuando alguna nota se escapaba y se oía algún gallito entre la música.

Recordó las palabras de su padre: «Los viajes son una representación corta de la vida, avanzas, pero a veces debes saber parar a repostar, hay quien te adelanta, pero no debes impedirles ese avance ni entrar en competiciones absurdas; hay veces que el viaje está cargado de gratas sorpresas como encuentros inesperados o nuevas personas que entren en tu vida, pero también puede ser que haya alguna sorpresa desagradable, como que se estropee tu coche y con tu actitud de contrariado estropees el resto del trayecto.

Mientras viajas puedes soñar como será el día que llegues a tu destino, pero sin olvidarte poner los ojos en la carretera y no solo en los sueños, pues quien despega los ojos de la carretera, al final sufre accidentes.

La vida es igual, es como un viaje emocionante, en que tu actitud hará que merezca la pena o no, el saber soñar y buscar esos sueños la hará una vida grata, pero si te olvidas de dejar los pies en el suelo de ese transcurrir de la vida, acabarás destrozando tu vida. Sigue tu corazón igual que con el coche seguimos un camino para llegar al destino que queremos»

 

Dios!!! sigue tu corazón!!! ¿no es eso lo que dijo Nait? Zoe sacudió la cabeza intentando apartar la imagen del sueño de su cabeza, mientras se levantaba de forma nerviosa de la silla derramando en este brusco movimiento su taza de café.

Su jefe la miró con el ceño fruncido, e hizo una mueca mientras preguntaba: -«Zoe, ¿te encuentras bien?»

-Sí, es que ando medio dormida, no descansé muy bien esta noche- Replicó Zoe azorada.

-Tómate un descanso, y ven en 15 minutos, tenemos una reunión importante.

-Gracias, pero no hace falta,- dijo de forma obstinada Zoe, sabiendo la de trabajo que aún le quedaba por acabar.- Voy al baño y enseguida vuelvo.

Zoe andaba con paso ligero, mientras se reprendía a si misma, por perder los estribos últimamente con tanta facilidad y solo por esos sueños malditos que la invadían, sin duda necesitaba un descanso.

En el baño se miró al espejo, se mojó la nuca con un poco de agua fría, se retocó su maquillaje, y volvió a su despacho, abrió la puerta y se encontró una gran sorpresa.

-Zoe, este es… ¿te ocurre algo?

Zoe miraba con la boca abierta ese rostro, esos ojos penetrantes que la miraban, los ojos de su sueño.

-Hola Zoe, ¿cuánto tiempo sin vernos?

-Más debería haber pasado.

Allí delante suyo, se encontraba su ex, ¡¡¡Dios!!! Por eso le parecieron esos ojos tan conocidos, salvo que en su sueño, su ex se llamaba de otra forma y era algo diferente, el gesto de su cara era interesante, mientras en la vida real carecía de chispa.

-Zoe, es un cliente!!! Ven un momento a mi despacho. ¿Nos podría disculpar señor?
-Sí, claro. Dijo mirando de arriba abajo a Zoe con un interés más que evidente por ella.

Zoe y su jefe pasaron a su despacho:

-Zoe, es un importante empresario, y no podemos perder el trato que estamos apunto de hacer. Así que si tienes algo personal con ese hombre, déjalo fuera de este despacho, aquí se trata de trabajo.

-Sí claro, disculpe.

-OK, ahora vamos a entrar, tú seguirás con tu trabajo, y por Dios, si se dirige a ti responde con amabilidad, y sin mirarlo como si fueras a darle un zarpazo ¿Queda claro?
-Cristalino
-Piensa que ahora mismo es dueño de la empresa Nait, y debemos asociarnos a ella, cueste lo que cueste.

Zoe se puso blanca, ¿el nombre de la empresa era Nait? Él se llamaba Nait en su sueño. Entonces ¿había sido premonitorio el sueño?

 

pronto se sabrá

 

 

 

Published in: on abril 7, 2009 at 8:13 pm  Comments (3)  

LIBRE- CAPITULO III

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Zoe se sintió abrumada por todo lo acontecido. Una y otra vez se repetía que no podía ser, que estaba experimentando algún tipo de alucinación producido por el estrés.

Con este pensamiento, y después de una ducha relajante, se dispuso a irse a dormir.

Mientras estaba recostada en su cama rezó por su padre, por todos sus seres queridos y por todas las personas que de alguna forma lo estaban pasando mal en todo el mundo para que encontraran sosiego, cuando de pronto unos ojos iguales a los suyos irrumpieron sin previo aviso en su mente.

Se trataba de una luz blanca, en la que solo se veían con claridad esos ojos negros, brillantes y muy expresivos, un tanto rasgados al estilo árabe y con unas pestañas que, como telones, se bajaban para ocultar eventualmente esa mirada penetrante.

Poco a poco se fue dibujando una silueta masculina que extrañamente no le parecía desconocida aunque estaba segura de no haberla visto nunca.

Zoe cerró los ojos, de forma suave y pausada, y olisqueó el ambiente, como si eso le pudiera dar alguna pista sobre tan extraña visión. Su nariz se levanta exhalando mientras una sonrisa se iba dibujando en su cara.

Abrió de nuevo los ojos y dijo: -¿Quién eres?

-Soy Nait

-¿Qué quieres?

-Solo que sigas a tu corazón. Abandona lo que tu mente dice, siente lo que tu alma clama, ves donde eres reclamada, recibe lo que se te da.

-¿Ir? ¿Recibir?

-Sí. Pero para recibir, primero debes sentir en tu ser que lo vas a recibir y luego se te concederá. NO debemos esperar recibir, sino sentir que ya recibimos, buscar solución y no ver solo el problema.

Abandona tus sentidos terrenales, y alcanza un poder más grande que reside dentro de ti y que es un don divino.

-No te entiendo.

-Entenderás
La figura desapareció. Zoe se incorporó de la cama donde descansaba, buscó por todos los sitios con la mirada; nada, no había nada.

-Todo ha sido un sueño

¿Habrá sido un sueño?….

 

Published in: on noviembre 16, 2008 at 7:13 pm  Deja un comentario  
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LIBRE (CAPITULO II)

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Un viernes, Zoe salía de su trabajo un tanto estresada, y aunque necesitaba paz y descanso no le apetecía irse a su casa. Respiró hondo y miró al cielo que estaba plagado de nubes.

Recordó que de pequeña jugaba a adivinar formas entre las nubes, mientras imaginaba que eran enormes cantidades de algodón de azúcar. Su padre, a pesar de ser un tipo serio, nada paciente y poco dado a la fantasía, escuchaba con atención como su hijita dulce imaginaba una figura y a través de ella una historia, y como poco a poco la historia acababa siendo un deseo de ir a una feria y que le compraran ese pringoso algodón de azúcar, un deseo simple, pero que no siempre se le podía dar dado que, a pesar de ser de clase media, no podían malgastar dinero en cosas no útiles, pues debían comprar el apartamento donde residían. A ella tampoco parecía importarle mucho, casi parecía más disfrutar imaginándolo que no el hecho en sí.

Últimamente echaba mucho de menos a su padre y lo rememoraba a pesar que ya hacía muchos años que había fallecido.

Zoe se sentó en una terraza a tomar un café con estos pensamientos aún adheridos, cuando de golpe el escaparate de una tiendecilla antigua le llamó poderosamente la atención.
Pagó su café y se dirigió a la tienda a admirar su escaparate de figuras de cristal tallado, en el que había innumerables unicornios, pegasos, duendes, hadas, y de nuevo vino a su recuerdo imágenes de su infancia, en la que le contaba a su papi mirando un pegaso de cristal azul, que de mayor quería ser bruja atractiva y sexy; su padre reía y le decía, ya eres una brujilla atractiva y ¿no te gustaría ser más una reina como le gusta a todas las niñas? Zoe miraba de medio lado como imaginando ser reina, y siempre contestaba: -“mmm bueno podría ser la reina de las brujas, ¿no papá? Y montar un pegaso-unicornio negro”, su padre le alborotaba el pelo con su gran mano y decía: -“seas lo que seas, espero que sea para bien y los pegasos o unicornios son o una cosa u otra, y siempre son blancos”
-¿Por qué papi?
-No lo sé
-Pues yo creo que son azabaches los blancos son sosos.
A lo que su padre respondía con una sonrisa mientras pensaba de dónde habría la pequeña sacado ese gusto por el negro, cuando ni su madre ni él mismo les gustaba ese color para nada.

-“Zoe te necesitamos, ven”

Zoe movió la cabeza para volver a la realidad dejando de lado esa potente imaginación; miró hacia todos los lados, nadie estaba cerca, se volvió de nuevo ante el escaparate y en el cristal del mismo se reflejaba la imagen de un caballo azabache.

El caballo tenía, unos ojos brillantes y profundos, la cabeza ligeramente hacia arriba en un gesto entre nobleza y soberbia, unas patas con mucho nervio, y el brillo de su pelaje negro azulado era espectacular. Al observar el perfil del magnánimo animal descubrió dos alas magníficas; con la boca abierta dirigió la mirada a la cara del animal donde en el centro de la frente aparecía un único cuerno. La imagen se reflejaba en el cristal como si el animal estuviera justo detrás de ella, Zoe giró la cabeza, pero nada había a su espalda, se volvió de nuevo hacia el cristal con temor y desesperación y ahí estaba la imponente imagen.

-Ven conmigo

Zoe retrocedió unos pasos sin apartar sus ojos de la imagen

-¿Qué me está pasando?

Pronto lo descubriría…

 

Published in: on noviembre 9, 2008 at 7:17 pm  Deja un comentario  
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LIBRE (CAPÍTULO I)

unicornio

Una vez más, Zoe se encontraba frente al televisor viendo las imágenes, sin oir, sin asimilar, solo contemplando el movimiento de aquellos cuerpos robóticos que se pasaban por la pantalla. Mientras, sumida en sus pensamientos, pensaba que no había nada peor que sentirse sola.

Ella tenía 30 años, no estaba casada, no tenía hijos, era una mujer atractiva e independiente, un poco tímida aunque las personas solían confundir su timidez con algo de soberbia y seriedad, pero en cuanto la conocían descubrían un ser dulce que se preocupaba por todos, con muchos sueños, fantasías, y con mucha alegría por vivir. En definitivas cuentas, un ser con un aura angelical y mucha fuerza interior.

En esos momentos de la noche frente al televisor pensaba cómo sería estar con alguien, pero a la hora de la verdad, era muy celosa de su independencia, y en esta decisión de estar sola, tamboreaban de forma constante en su subconsciente relaciones pasadas que más que aportarle satisfacciones le aportaban dolores de cabeza.

Alguna vez había leído en algún libro que cuando conoces a tu alma gemela, ves una luz blanca alrededor de esa persona. A ella la habían descrito ya con esa luz, alguien de su pasado, sin embargo, jamás la valoró como persona. ¿Sería entonces incierto eso que había leído?

De golpe se reprendió a si misma: -«¿por qué de nuevo esas ideas inundan mi mente?». Pero ella lo sabía bien; llevaba días oyendo una voz, una voz encantadora que le decía que la necesitaban, que acudiera a su destino.

Empezó oyéndola en sueños, pero hacía una semana, mientras estaba trabajando con sus facturas, esa voz volvió a aparecer, y esta vez no podía culpar a un sueño.

¿Estaría perdiendo el juicio?

Zoe sacudió la cabeza exclamando: -«va tonterías, todo esto es estrés, es no poder compartir con alguien mis cosas, y mi cerebro crea personas imaginarias». Sin embargo, faltaba poco tiempo para que Zoe se diera cuenta de su error de interpretación…..

Published in: on noviembre 6, 2008 at 8:08 pm  Comments (3)  
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